lunes, 6 de agosto de 2007

Un dulce olor a engaño

Sin saberlo, hoy me di cuenta de que lo conocía: huele fresco y encerrado a la vez; es sumamente dulce cuando lo acabas de percibir, pues su plenitud te rodea y se apodera de ti, pero se vuelve asfixiante cuando miras que se trata de un vacío, una simple ilusión creada por tus más desesperados deseos.

Odio equivocarme, y lo peor del caso es que lo hago muy a menudo. Confío en quien no debería, guardo secretos que podrían ser aspectos positivos si los dejara escapar de su caja fuerte, e idealizo excesivamente. Es algo de lo más extraño, pero hoy hubiera sido muy feliz si hubiese tenido una capa invisible como la de Harry Potter; el efecto hubiera sido más poderoso aún que el de una enorme dosis de Felix Felicis.

Me duele soñar porque sé que lo que veo no es cierto, pero más me duele despertar porque la ilusión explota cual burbuja de jabón. Entonces no soy más que agua que cae, que no conoce límite en su derrota, pues se ha destruido el envase que la resguardaba: el del engaño.

No suelo mentirle a la gente, no me gusta hacerlo. Y sin embargo, me engaño constantemente a mí misma, porque sólo así puedo mantener viva una esperanza que nada alimenta más que mi deseo de que no muera. No se puede negar que se trata de una situación sumamente desgastante: no hay escape, soy tan consciente de mis invenciones que no puedo caer en su juego, pero me dan un agradable rato lleno de hermosos pensamientos ¿Rato? ¿dije rato? Se trata de tan sólo un instante, una minúscula partícula de tiempo que desaparece tan pronto como llegó.

Lo único que puedo hacer es preguntarte el motivo: ¿por qué me permites hacer esto?, ¿por qué no acabas de una vez por todas con este juego que nada da y bastante agota? Nunca estoy segura de tu intención: ¿será que tienes una, o ni siquiera te das cuenta de lo que provocas?

Seguramente este escrito parecerá muy extraño a los que lo lean, pero es una especie de relato interno, es un monólogo que sé que todos hemos sostenido en nuestro interior, posiblemente con diferentes palabras y expresiones, pero en el fondo habla del mismo sentimiento: el del ave atrapada, el del candado sin llave, el de la fantasía desmentida.

Y a pesar de todo, no podemos dejar de fantasear, de soñar, es parte de nuestra naturaleza. La existencia no sería posible sin una pizca de engaños y una cucharada de vista gorda. Me niego a ver las cosas como son porque no me gustan, les creo una nueva historia, un mejor final que se convierte en capricho... el descenlace es siempre tan incierto como las historias de Scherezada en Las Mil y Una Noches: siempre habrá una siguiente parte.

4 comentarios:

Regina dijo...

"Odio equivocarme, y lo peor del caso es que lo hago muy a menudo. Confío en quien no debería, guardo secretos que podrían ser aspectos positivos si los dejara escapar de su caja fuerte, e idealizo excesivamente. Es algo de lo más extraño, pero hoy hubiera sido muy feliz si hubiese tenido una capa invisible como la de Harry Potter; el efecto hubiera sido más poderoso aún que el de una enorme dosis de Felix Felicis."
No cabe duda que me gustó mucho lo que dice y es cierto queramos o no, todos tenemos monólogos internos día a día que nos advierten, sugieren, animan e incluso regañan de cometer o imaginar actos que quizá llevemos a cabo

*°Cherry°* dijo...

Una botella de Felix Felicis es lo que muchos necesitaríamos desayunar por lo menos una vez a la semana...
Me encanta tu forma de redactar y narrar acontecimientos simples...
en este post de "un dulce olor a engaño" logras describir perfectamente la lucha interna que toda persona tiene respecto a los pensamientos y anhelos más profundos de nuestro ser...
yo también me inspiré en escribir un blog...pero bueno hace mucho que no lo hago...espero que conforme te vaya leyendo me contagies tu "energía literaria"...un abrazo

brujita hill dijo...

Hace mucho, en aquella edad en la que absorbes todo lo que hay a tu alrededor, lo que mis ojos vieron lo quisieron llorar, las palabras que mis oidos escucharon lastimaron mi ser. En un mundo asi, a que niña le hubiera guatado vivir? lagrima a lagrima se formo una puerta y al final cree la llave hacia un mundo donde yo podia reir, soñar, encontrar paz.
Aquella niña ya creció y creeme que aun conservo la llave, se cual es mi realidad, pero a mi no me duele sacar la llave y entrar a aquel mundo, llenarme de fuerzas, soñar, y regresar al mundo real... "sino sueñas, la nada invade fantasia" yo sigo soñando siempre y cuando no pierda la llave

phe dijo...

"el del ave atrapada, el del candado sin llave, el de la fantasía desmentida."

Tu redacción me impresiona, dejas en las palabras el desencanto de la fantasía. Es cierto que el mundo que nos creamos parece mas oscuro al despertar en el real, pero volver a soñar y es esa capacidad de volver la que aprecio sobre todas las cosas.

El tiempo lo cura todo, o al menos lo minimiza. Sigue siendo quien eres en el fondo, no dejes de soñar pero quiza te vuelvas mas esceptica y eso no es malo. La duda es una caracteristica escencial para aprender.