jueves, 20 de noviembre de 2008

Si no eres para mí

Si no eres para mí ¿por qué mi alma es feliz hoy?
Si no eres para mí ¿por qué mi mano se ajusta a la tuya así?
Si no eres para mí ¿por qué tu corazón devuelve mi llamada?
Si no eres para mí ¿tendría la fuerza para mantenerme en pie?

Nunca sabré lo que el futuro traerá, pero sé que estás conmigo ahora, pasaremos estas pruebas y espero que seas tú aquél con quien compartiré mi vida.

No quisiera huir, pero no lo soporto, no lo entiendo:
Si no estoy hecha para ti ¿por qué mi corazón me dice que lo estoy?
¿Existe alguna manera de quedarme entre tus brazos?

Si no te necesito ¿por qué estoy llorando en mi cama?
Si no te necesito ¿por qué tu nombre resuena en mi cabeza?
Si no eres para mí ¿por qué esta distancia domina mi vida?
Si no eres para mí ¿por qué sueño siempre contigo?

No sé por qué estás tan lejos, quisiera que fueras aquél con el que muriera, deseo amarte durante toda mi vida.

Porque te extraño, en cuerpo y alma. Es tan fuerte que me quedo sin respiración. Te aspiro dentro de mi corazón y rezo por las fuerzas para soportar un día más... porque te amo, no importa si está bien o está mal, y aún cuando no pueda estar ahora contigo quiero que sepas que mi amor te pertece hoy y siempre.

Si no eres para mí ¿por qué siento todo esto?
Si no eres para mí ¿por qué nuestros destinos se cruzaron?
Quiero entender, quiero saber, pero más te quiero a ti.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Escoria

Repugnante a la mirada, terrible al tacto. Molesto al oído y repulsivo al encuentro. Hay tantos y tantas así... Escoria ¿cómo llegaste a mi vida de una manera tan ruin? Siempre te apareces con pieles hermosas y cuando de ellas te despojas horribles pellejos invocas.

Desprecio es lo que siento. Tolerancia y paciencia me son imposibles, cual tratar de soportar una pestaña en el interior del ojo. No te basta con tu presencia estorbosa e inútil, sino que además inventas historias a tu antojo, en las que los papeles se invierten: tú bondad y yo maldad.

Todos tenemos nuestros ángeles y nuestros demonios. Conozco ambas partes mías ¿y tú? Las virtudes te abandonaron hace ya mucho, no las puedes comprar y ya es tarde para que las recuperes. Buscas un reencuentro conmigo, pero nada obtendrás. Solía perdonar con más facilidad antes, creía en el arrepentimiento real y en que una amistad o un amor verdaderos podían sobrellevar cualquier obstáculo: tú no eras verdad, eras máscara, eras falsedad, eras hipocresía.

Lo peor es que no eres un ente, sino varios. Escoria: te manifiestas en más de uno y eso me rodea, me captura y a veces me ahoga. Quiero escapar, hallar una salida en esta terrible pesadilla de la que soy víctima, enredo en el que entré sólo por mi inocencia.

No más ingenuidad, no más perdón. A cada cual lo que se merece, y tú no mereces mi compasión.