martes, 7 de agosto de 2007

Sueño interrumpido

Después del largo y laborioso lunes, y aprovechando que salgo relativamente temprano de la universidad los martes, decidí llegar a mi casa a dormir. Es verdad que no sólo tenía sueño, también bastante hambre, pero mi cansancio era tal que no podía imaginarme sentada frente a mi sopa sin ahogarme en ella a los pocos instantes de haber sido servida.
No fui a dormir a mi cama, no quería tener que mover la exagerada cantidad de peluches que la habitan; me pareció mejor opción la comodísima cama de mi mamá. Al principio, me fue difícil conciliar el sueño: pensaba en todos los pendientes que estaba haciendo a un lado por dormir. Me sentí un poco culpable, pero me dije "cuando me despierte habrá tiempo", cerré los ojos y comencé a soñar: fue como si estuviera despierta, pues estaba haciendo precisamente mi tarea; momentos más tarde todo se tornó negro.
Cualquiera juraría que por fin estaba descansando, luego de haberme desconectado del mundo en las vacaciones y haber hecho un cambio radical de horario. Y sin embargo... el destino: un terrible e intenso zumbido me despertó bruscamente y me percaté de que una mosca estaba revoloteando por la habitación. Muy molesta no pude sino pensar: "qué manera más fea y estúpida de despertar", aunque no puedo negar que es bastante efectiva, pues de no haber sido por eso tal vez no me hubiera levantado en toda la tarde. Aún con repulsión hacia los insectos no puedo más que reconocerles que son más eficientes que cualquier clase de reloj despertador.

1 comentario:

brujita hill dijo...

ja ja ja una mosca??? que raro aunque no tan raros como tus sueños!!! sin embargo por que sentirte culpable, incluso la madre naturaleza descanza fer.